viernes, 1 de febrero de 2013

Aprendiendo sobre Carnaval

Julio Julián enseñó sobre la fiesta de Momo a las postulantes para Reina del Carnaval de Soriano
 
Surcando las aguas del Hum, en el catamarán Soriano I, @gesor requirió la palabra de Julio Julián, ese reconocido personaje del Carnaval uruguayo en las últimas décadas, que en esta instancia estaba actuando como maestro, enseñando sobre la historia de Momo en Uruguay, a las chicas postulantes a Reina del Carnaval de Soriano, que disfrutaban de sus conocimientos y a su vez, en esta instancia también de las costas maravillosas del río Negro.

Julio Julián contó que transmitió a las jovencitas como era el Carnaval en Montevideo a partir de 1870, "transitando mucho por la historia por los hechos más importantes que tuvo el país como Carnaval, en 1906-1907 cuando aparece la compañía española de Zarzuelas que recala en Buenos Aires luego regresa a Montevideo y algunos componentes quedan en esta ciudad y otros regresan a España. Los que quedan conforman en 2008 la primera murga que se llamó "La Gaditana que se va", en una mezcla de españoles con uruguayos. Otro hecho rescatable se da allá por 1922-23 por iniciativa de José "Pepino" Ministerio que era el director de Patos Cabreros la murga abandona los instrumentos que había traido La Gaditana, por ejemplo acordeón a piano, panderetas, y pasa a ser típicamente uruguaya con bombo, platillos y redoblante. Después ya en los '30 con la difusión de Asaltantes con Patentes de una canción que era clásica, todo se fue haciendo clásico, intercalando lo informativo con alguna canción de por medio, con algún esbozo de canción, sobre eso hablamos en la primera jornada".
Dijo que las chicas atendieron lo que seles fue relatando, "matizando para no aburrirlas, pero sin embargo en la noche, cuando fueron al ensayo de Los Diablos Verdes, todas me agradecían lo que les había transmitido y estaban muy contentas".

Mientras tanto en el segundo taller "explicamos como se le pone el nombre a una murga, como se escribe una presentación, salpicamos con movimientos clásicos murgueros, una jornada de dos horas que cuando miré el reloj se había ido muy rápido".

Julio Julián agradeció esta oportunidad, "de tener 16 hijas y hablarles como si fueran tales, hablándoles sobre cosas que siempre me preocuparon, no dejo pensar que tengo un hijo de 29 años al cual sigo hablando como si tuviera diez años y no miro si es varón o mujer, pienso en el ser humano, les dije que seguramente me olvide de sus nombres, pero les pedí que cuando me cruzaran, me sacudieran y dijeran soy yo, las quiero ver cuando se casen y tengan hijos, que me digan mirá lo que tuve, un varón o una nena, esto ha sido maravilloso".

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